Helada
un frío irracional
cada vez que callabas
con precisión
milimétrica
ese grito de uñas
creciéndote
en las raíces del pelo
pensaba en silencio
“¿puede
sentirse en la piel
el miedo de otro?”
y sonreías
llenándome de escarcha.
De Poemas sin número, plaquette de las Vitolas del Anaïs.
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