08 junio 2011

Luisa Castro,



Inocencia



Se acabó la inocencia.


Era una bebida empalagosa y breve,


una comida exótica,


ahora ya lo sé.


La probé.

De esas cosas que se toman un día


y siempre las recuerdas,


de esa gente que te encuentras


y no vuelves a ver.


Nunca sabrás lo que pasaría


en el banco de la inocencia.


Con los pies colgando


allí sólo vive la gente que no recuerdas,


lo que nunca ha pasado.


Te sentaste un momento


a escuchar desde lejos la orquesta.


Era duro y solitario


el banco de la inocencia.


Demasiada prisa en volver


como para no olvidarte algo.


Ahora ya lo sabes,


la inocencia es esa gente


que se quedó tu chaqueta.


De "De mí haré una estatua ecuestre" 1997

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