He llamado a tu puerta, he gritado a tu corazón, para el lecho tener cerca, para disfrutar su calor. ¿Por qué me rechazas?. ¡Ábreme hermano!
¿Por qué me interrogas si soy de: Africa, América, Asia o Europa?. ¿Acógeme hermano!.
¿Por qué me preguntas el tamaño de mi nariz, el grosor de mis labios, el color de mi piel, el nombre de mis dioses?. ¡ Abrázame hermano!.
Franquéame tu puerta, ensancha tu corazón, sólo soy un hombre: el hombre de siempre, el hombre de los cielos, el hombre que se te parece .
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