05 octubre 2011

Ángela Mallén,


Vacuum


Crecen flores de hielo en un campo encendido.


Yo soy la famosa perdedora. La que siempre elige la opción B. La sacerdotisa de las alcantarillas. La que nunca pondrá un pie en Nueva York. La factotum. La desglamourada. La antireinona.
Soy la que abunda.


A mi paso los ojos se desactivan. Tengo suerte. Porque ser mirado es ser acertado. Mirar es derrumbar.


Ni los muertos ni yo somos transgresores. Somos transversales. Existimos en diagonal. Cultura, ideología: todo lo franqueamos. Por todo nos filtramos. En los posos nos reconocemos. En las cuevas de extraños.
Que nadie nos mire. Ni a ellos ni a mí. Ser mirado es ser imantado.


Compartimos dones y condenas. Captamos tránsitos. Olemos cambios. Nos entristecemos antes. Nos esperanzamos antes.


Que nadie nos observe. Porque ser mirado es ser recogido. Mirar es cortar.
Cierra los ojos ya. No ver es oler.


Crecen flores de hielo bajo un cielo incendiado.



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