05 noviembre 2011

Gloria Fuertes,



Amor que libera







Ya no soy la niña amarga

que tenía un mar de llanto


y alta ortiga por el alma.

Ya no soy la niña enferma


que al oír risas lloraba;


ya salí del solitario


bosque que me acorralaba.


Ahora soy la niña verde,


porque floreció mi calma.


Ya no soy la loca triste,


ya no soy la niña blanca,


nuevo amor ha traspasado


con el nardo de su lanza


mi corazón, que ahora tiene


un nombre de menta y ámbar.


¡Ay cuánta sonrisa noto


que trepa por mis espaldas!


¡Qué brillo tienen mis ojos


-viudos de siete mil lágrimas-!


La vida me sabe a verso


y los besos a manzana.


-El monte arregla sus pinos,


por las rocas el mar baila-.


El amor danza en mi pecho.


¡Ya me quiere! ¡Ya me aguarda!


Ya no soy la loca triste,


que al oír risas gritaba;


ahora soy la niña dulce,


ya no soy mujer amarga.













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