Se me gasta la vida
en idas y venidas
En la lejanía veo la
silueta de una mujer y
me sueño que estoy contigo en París,
jugando a descubrir nuestras nostalgias,
aquellos besos de niños,
el patio gris y húmedo del colegio,
la rifa para los niños pobres,
los zapatos de gorila,
las monjas que nos educaban,
los compañeros y compañeras con los babis
que ya no están con nosotros.
¿Sabes?, la playa te sienta
bien en París.
Lástima que los sueños sean tan cortos,
pero antes que termine,
quiero acariciarte en ropa interior
color champagne, con bendicionesde ángeles recién venidos del
Vaticano.
¡lo sabía!,
la lavadora ha terminado y
tengo que tender mis
calzoncillos azules del trabajo.
Del libro : Poesía en la distancia
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