09 diciembre 2011

Almudena Guzmán


Usted se ha ido...





Usted se ha ido. Pero tampoco conviene dramatizar


las cosas.


Cuando salgo a la calle,


aún me quedan muchas tapas risueñas en el tacón,


y mis medias de malla consiguen reducir la cintura


de la tristeza


si su ausencia va silenciándome en una resaca


de escarcha.


O sea, que no estoy tan mal.


Porque yo podré ser de vez en cuando un eclipse. Pero


nunca


un eclipse sin sangre de luz.













No hay comentarios: