23 diciembre 2011

Álvaro Fierro Clavero



Meditación en Scicli Para Ezio Occhipinti

No quiero que esta noche nada
salga de mi cabeza
que no conduzca a la felicidad,
que no contenga dentro
el modo

de darle a aquel que lea algún motivo
para continuar viviendo,
para que al recordar
esta meditación comprenda
la preeminencia en poesía
de aquello que podría ser,

la superioridad de lo que nace y vibra,
de lo que busca y se dirige al mundo.

Suele decirse que es más literaria
la tristeza,
que su mayor prestigio
se debe a su diversidad
(según el viejo Tolstoi)

pero nadie ha nacido para ser
diverso, prestigioso o literario,
hemos nacido para ser,
para olvidar el daño y hacer uso
de los antiguos dones
que todo lo nacido porta en sí,

hemos nacido para respirar,
para soñar, para colonizar el tiempo
de acciones y meditaciones,

y que en nuestra pequeña
región del universo
suenen sin fin los himnos.

 

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