02 diciembre 2011

Nicanor Parra


Revolucionario. La poesía de Nicanor Parra es un juego inteligente con el lenguaje común, lleno de ironía y de gran comicidad. Foto: EFE


El escritor chileno Nicanor Parra obtuvo ayer el merecido Premio Cervantes 2011, considerado el reconocimiento literario más importante de las letras en lengua española. Autor de Antipoemas, nació el 5 de septiembre de 1914 en San Fabián de Alico, Chile, y desde hace varios años viven en la tranquila localidad de Las Cruces del mismo país.


Creador de la llamada “antipoesía”, Parra es un destacado revolucionario del lenguaje en verso que ha desafiado la tradición de la literatura con el más crudo lenguaje cotidiano. Estudió en Ciencias Exactas y Físicas, se especializó en Mecánica Avanzada por la Universidad Brown de Rhode Island y hoy tiene 97 años. Además, es el único superviviente del trío más famoso de poetas chilenos con Pablo Neruda y Vicente Huidobro.


Durante mucho tiempo, Nicanor Parra compaginó la escritura con la enseñanza. Pero en 1996 dejó sus clases de Mecánica Teórica y tras 51 años en la Universidad de Santiago, fundó el Instituto de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ingeniería junto con el poeta Enrique Lihn.

Traductor circunstancial de Shakespeare, humanista, artista visual, preocupado por las causas sociales, creador de antidiscursos, profesor de física y matemáticas, convencido ecologista, renovador del lenguaje y apasionado defensor de la democracia. Todo eso es Nicanor Parra, un hombre de personalidad discreta que cede al lenguaje su virtud.


CLARIDAD POÉTICA. Nicanor Parra es el poeta que desarticuló la pompa retórica de esa poesía que era más hojarasca que fruto fértil, aseguró en entrevista el escritor chileno Antonio Skármeta a minutos de recibir la noticia en la 25 FIL de Guadalajara. “Parra es vital para la literatura porque introdujo el humor, la gracia y la meditación filosófica, haciendo su poesía asequible y transparente. Es el poeta de la claridad, sin dejar de ser profundo y lleno de humor”, apuntó.

Y en el contexto de la poesía mundial, dijo, es un personaje con muchas voces, un oído atento y un poeta esencialmente dramático con cierto lenguaje chileno que tiene una manera particular de apearse del lenguaje español. Sus poemas son la reducción fulminante, textos epigramáticos, artefactos, o breves resplandores de inteligencia, algunos de ellos muy proféticos.


Por su parte, el también chileno Arturo Fontaine, aseguró que es una alegría que se otorgue este premio a un hombre que ha hecho algo innovador en la forma como trabaja la lengua poética. “Su hallazgo –expresó– fue darse cuenta que en el lenguaje común, anónimo y corriente, había frases, giros, expresiones… que sacadas de quicio y puestas en otra situación tienen otro fondo”. Su poesía es un juego con ese lenguaje común, un juego inteligente, lleno de ironía y de gran comicidad, añadió.


Nicanor Parra va creando en sus poemas personajes, no a través del yo lírico o del romántico. Son personajes que dicen cosas que resultan absurdas y llenas de humor. “Y como ser humano –compartió– es un hombre con un encanto personal, gran simpatía y humor. Estar con él, siempre implica volver cargado de anécdotas que sólo pueden salir de su cabeza”. Y destacó la lectura de dos poemas: La trampa y Canción para correr un sombrero, así como el poemario Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui.


Finalmente, Cecilia García Huidobro informó por separado que la Universidad Diego Portales de Chile (UDP), que guarda un estrecho vínculo con Parra desde hace 20 años está trabajando en un proyecto para publicar su obra inédita, la cual se cuenta por cientos de borradores y apuntes que tiene en libretas blancas en su casa de Las Cruces, a hora y media de Santiago y cerca de Isla Negra donde el también poeta Pablo Neruda tenía su casa.


“Es mucho material inédito el que tiene Nicanor Parra y no se quiere que esté disperso, pero aún no sabemos si se editará todo; él es un hombre que siempre carga un bolígrafo negro y un cuadernillo de hojas blancas donde siempre va anotando”, así que su casa está llena de material disperso.


Por ahora, él ha estado muy preocupado por lo que pasó en Egipto. “Nicanor Parra está al día, vibra y procesa sobre todo eso, concluyó.


Premios


Nacional de Literatura (1969)
Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1991)
Medalla Gabriela Mistral (1997)
Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2001)
Obra sugerida
Cancionero sin nombre (1937)
Poemas y antipoemas (1954)
Antipoemas (1960)
Manifiesto (1963)
Artefactos (1972)
Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977)
Chistes para desorientar a la poesía (1983)
l Hojas de Parra (1985)







Lo queramos o no
sólo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.


Y ni siquiera tres
porque como dice el filósofo
el ayer es ayer
nos pertenece sólo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.


Las cartas por jugar
son solamente dos:
el presente y el día de mañana.


Y ni siquiera dos
porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pasó...
como la juventud.

En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
por ese día que no llega nunca
pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.

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