26 enero 2012

Fernando Castro de Isidro,

no me gustan

las fuentes luminosas
porque el agua esté estancada.
no me gustan,
porque su agua es un agua sonámbula
que camina al borde de un sueño,
sin horizonte,
transida en abanico de espuma
coloreada,
lo mismo que una fulana.


yo prefiero el agua silvestre de los torrentes y ríos que une pueblos y ciudades;
el agua furiosa de los mares y océanos que navegaron corsarios y bajeles:
este agua atlántica que torna, sin artificio alguno, de color azul a mi
idioma y lo convierte en vínculo de unión de tres continentes
e infinidad de historias.






Fernando Castro de Isidro ◦

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