27 marzo 2012

José Romero



A los labios mojados de tu canto


llegué a beber tus notas


de intactas transpariencias.


De tu pureza subterránea


brota libre sin cauce

un hilo de libertad fluvial,


filtrado de raíz


en la claridad que mana


de tu abierto surtidor,

fiel a la circulacíon


de tu secreto caudaloso.


Eres agua sin incertidumbre


que sube a la victoria,


dejando un anhelo


de tregua en la sed.


Que desnuda surgías


a la fijeza de una flor nocturna,


besando de rocío


la firmeza


de su tallo de mediodía.


Incesante serenata


de manantial,


himno entre las grietas,


corriente errante de estrellas


de gotas celestes,


fuente de la tierra


que bebí como si fuera


fluyendo en mí la vida.




Fuente Del Avellano.

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