27 marzo 2012

Montserrat Álvarez



Decadencia


Más alto que el vuestro es mi corazón
desde que amo; orgulloso y feroz, sabe rendirse,
aunque niegue, con sardónica risa,
todos los infortunios de la vida.


¿En cuánto valoraréis mi amor, lectores de poemas?
¿En cuánto tasaréis cada verso, escrito con violencia y sin escudos?
¿Os gustará, tal vez, más mi época frondosa,
cuando lejos de los dioses y cerca de los demonios se movía mi palabra,
más soberbia, más implacable, más gélida?
¿Hablaréis, tal vez, de decadencia?
La muchedumbre, de la que sois parte,
tan sólo adora al déspota; el desprecio
es fuente de su amor, y los criados
únicamente honran al que insulta.



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