Eva Vaz (Huelva, 1972). Se dedicó durante varios
años a la gimnasia rítmica, antes de licenciarse en Filosofía por la Universidad
de Sevilla. Ha trabajado en el campo de la escena, el periodismo y las artes
plásticas, realizando la exposición Hembras, en colaboración con
Ángeles Santotomás. Actualmente dirige la empresa de gestión cultural Ex-Libris.
Ha publicado, entre otros títulos, Elegía a una sombra (1995),
Ahora que los monos se comen a las
palomas (2001), La
otra mujer (2003), Cuaderno de Isla (Poemas del
sudor). (Edición facsímil) (2003), Leña (2004), La ternura de los lobos (2004) y
Metástasis (2006). Su
obra aparece en diversas antologías, como Carne picada, Poetas del extremo, La
verdadera historia de los hombres, 21 de últimas y, más
recientemente, Tripulantes, La
venganza del Inca, Femigrama, Hankover y 23 Pandoras. Ha publicado una
antología de su obra poética en la editorial Baile del Sol con el título de
Frágil. Ha colaborado
en las revistas: Principios de
Filosofía (Sevilla), Sin embargo
(Huelva), Lunula (Gijón), Letra Clara (Granada) La Caterva (Granada), La más bella ( nº 5, 6 y 7, Madrid), Volandas (Huelva), Raro (Madrid) Huebra (Huelva) Amilamia, La última canana de Pancho
Villa (Oviedo), Pliegos poéticos
(Almería), La hamaca de lona
(Madrid), Ala de mosca (Mérida,
Badajoz), El tejedor de palabras
(Baracaldo), Hembras (Huelva ), El fantasma de la glorieta, (edición
digital), Aula literaria de Logroño,
Fábula (Logroño), Poemash
(Fanzines Vinalia Trippers, León), Botellón literario (Huelva), El Súmmum (Oviedo),
etc.
Poética
Mi poesía es una
confesión estética, una confesión impúdica y sincera que invita al lector a
compartir mis obsesiones y convertirlas en emociones colectivas. En ese viaje,
regreso a mí misma aliviada y limpia. Esa dialéctica emocional cicatriza el
esternón de esta loba tierna. Dicho lo anterior, he de reconocer que la poesía
es pura psicoterapia (con música y piedras: el nudo en las venas cada vez que
“acometo un poema”). Un acto de honesto exhibicionismo. Mis letras son mi
particular tratamiento en este sanatorio de quemados que es el mundo, este caldo
indigesto. En fin, un psicoanálisis de andar por casa.
Mi poesía es una confesión estética, una confesión impúdica y sincera que invita al lector a compartir mis obsesiones y convertirlas en emociones colectivas. En ese viaje, regreso a mí misma aliviada y limpia. Esa dialéctica emocional cicatriza el esternón de esta loba tierna. Dicho lo anterior, he de reconocer que la poesía es pura psicoterapia (con música y piedras: el nudo en las venas cada vez que “acometo un poema”). Un acto de honesto exhibicionismo. Mis letras son mi particular tratamiento en este sanatorio de quemados que es el mundo, este caldo indigesto. En fin, un psicoanálisis de andar por casa.
REGLA DE TRES
No me lo
enseñaron
las matemáticas
de C.O.U.
ni la
antropología de 3º de carrera.
Para nada sirvió
tanta Teoría del
Conocimiento, ni
el empacho de
Filosofía del Lenguaje.
No exigen en el
currículum
que se
especifique.
No aparece en el
temario de
oposiciones.
No se recoge en
ningún
manual de
técnicas de estudio
o búsqueda de
empleo.
Y es más
importante
que saber más de
tres idiomas.
Una simple regla
de tres:
el número de
triunfos y virtudes
es directamente
proporcional
al tamaño de tus
tetas.
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