Soy yo la que tú esperas,
ésa a la que maldices tantas noches,
en un parto maltrecho
del caudal de quimeras.
Soy el brillo en tu mirada,
si me haces el amor,
soy las alas de ceniza
elevando su vuelo.
Soy yo quien dibuja tus sienes,
descorre las penumbras,
rasgando las entrañas
del mar y de la tierra para ti.
Soy yo la que genera los
sabores
de todo lo que escondes,
y glorifico tu lengua que
prueba
con destreza los néctares
sagrados.
Soy yo la que derrama el agua de mil mares,
y la luz que te guía, por el pasillo
oscuro,
coge tu llave y cierra la
palabra,
cuando calle la voz, te amaré
yo.

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