RETRATO TERMINADO
Es una manera de
decir
quiero quedarme
sin palabras,
perder sin
comentarios.
Hasta cuándo voy
a hablar
de lo que ya no
está.
De la que ya no
está
viéndome escribir
de ella.
¡Y con esos
ojos!
También yo de
noche los abro
y miro el
silencio
en la
oscuridad
donde el retrato
termina
sin que lo
alcance a ver
y
pienso
y
pienso
y
pienso
en temas como
vos
que no parecen
tener
vencimiento,
en tu deseo de
llegar a casa:
con la llave
preparada,
aferrada a la
puerta del taxi,
te dejabas caer
en tu puerta
casi con la
voluntad incierta
de una hoja en
otoño,
esa clase de
vencimiento,
y esos ojos más
bien dorados
de los que decías
en las descripciones
ojos verdes. Para
mirar
cada ocasión con
buenos ojos
aunque los
recuerde.
Y
ahora
quiero
quedarme
sin palabras.
Saber perder
lo que se
pierde.
O eso
parece.
Parece que las
dos
nos hemos quedado
sin madre:
yo sin
vos
vos sin
ella,
y
sucesivamente,
como eslabones
perdidos,
y encontrados por
un rato
con los
padres,
pero ésa es otra
historia
que está mejor
contada
en la foto de
casamiento
para la que
palabras
nunca
tuve,
como si fuera
anticipo
de mi propio
vencimiento.
De los padres
decías que el tuyo
tenía ojos
verdes,
como vos, tu
nieto Juan,
y nadie los tenía
del todo
aunque merecían
tenerlos:
tu
manera
de embellecer el
retrato
era tu manera de
verlo.
De ella decías en
cambio
desde su muerte
no fui la misma,
y ésa sería tal
vez tu manera
de no terminar el
retrato.
La palabra
no.
Lo mismo digo
yo.
Aunque también se
diría una ocasión
más bien vulgar:
en general,
todos nos
quedamos sin ella,
y esa ausencia de
la luz parece
descansar los
ojos
sin vaciarlos.
Los anima,
o los vuelve
hacia la oscuridad,
que es donde el
retrato termina.
Dijo mi padre de
la suya:
nací con ella y
ahora
voy a tener que
morirme
solo. Y
después
lo
hizo.
Dijo mi maestro
de la suya:
me pasé toda la
vida para tener
la letra de mamá.
Y después
la
tuvo.
Era un dolor
perfecto:
hablando de
ella,
hablaban de sí
mismos.
O eso
parece.
Parece que
perder
no es un arte
difícil:
los muertos de
verdad de uno
son víctimas
amadas de los vivos.
De lo que cada
uno dijo.
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