Coral Bracho (1951). Escritora mexicana.
Nació en la ciudad de México. Cursó estudios de Letras Hispánicas en la
Universidad Nacional Autónoma de México, y de Literatura Latinoamericana en la
Universidad de Maryland. Profesora de Lengua y Literatura en la Universidad
Nacional Autónoma de México, ha trabajado en la elaboración de un diccionario
del español hablado en su país y ha formado parte del consejo de redacción de la
revista La Mesa Llena. Su poesía
vincula el plano de la metáfora con la transfiguración erótica y para ello se
sirve del tránsito y la mezcla de los reinos mineral, vegetal, animal y humano.
El poeta Néstor Perlongher, en su antología Caribe transplatino, cita a Coral Bracho
como uno de los ejemplos de poesía neobarroca latinoamericana. La escritora
obtuvo en 1981 el premio de poesía de la Casa de la Cultura de Aguascalientes
con el libro El ser que va a morir.
Ha publicado también Peces de piel
fugaz (1977), Tierra de entraña
ardiente (1992, en colaboración con la pintora Irma Palacios) y Jardín del mar. Han sido editadas dos
recopilaciones de sus poemas: Bajo el
destello líquido y Huellas de
luz.
Ha traducido, entre otras obras, Rizoma, de Gilles Deleuze y Félix
Guattari, y Apuntes angloafricanos,
de Doris Lessing. En el año 2000 fue becaria de la Fundación John Simon
Guggenheim; por Ese espacio, ese
jardín obtuvo en 2003 el Premio Xavier Villaurrutia. Pertenece al Sistema
Nacional de Creadores de Arte. (Fuente: Fundación Metáfora)
OIGO TU CUERPO
Oigo tu
cuerpo con la avidez abrevada y tranquila
de quien se
impregna (de quien emerge,
de quien se
extiende saturado, recorrido de esperma) en la humedad
cifrada
(suave oráculo espeso; templo)
en los
limos, embalses tibios, deltas,
de su
origen; bebo
(tus raíces
abiertas y penetrables; en tus costas
lascivas
-cieno brillante- landas)
los
designios musgosos, tus savias densas
(parvas de
lianas ebrias) Huelo
en tus
bordes profundos, expectantes, las brasas,
en tus
selvas untuosas,
las
vertientes. Oigo (tu semen táctil) los veneros, las larvas;
(ábside
fértil) Toco
en tus
ciénegas vivas, en tus lamas: los rastros
en tu
fragua envolvente; los indicios
(Abro a tus
muslos ungidos, rezumantes; escanciados de luz)
Oigo en tus
légamos agrios, a tu orilla: los palpos, los augurios
-siglas
inmersas; blastos-. En tus atrios:
las huellas
vítreas, las libaciones (glebas fecundas),
los
hervideros.


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