Oliendo a calles de lluvia
a primaveras de balas
a jueves silenciosos de caricias
a fuego lento quemando tu nombre
me he planteado luchar para olvidarte
los triángulos no dan resultado.
Pero he vivido el momento
sabiendo que podía ocurrir
y ha ocurrido.
Apenas tres días con sabor a beso
y darnos cuenta que la ciudad se caía
de un sexto piso y con un hasta luego.
En el suburbio de los sueños
aún me quedan mariposas rojas.
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