ENTONCES, ¿TÚ TAMBIÉN ME VES ASÍ? Entonces ¿tú también me ves así?
¿Tú también me ves fuerte?
Porque le echo cayena a la comida,
porque bebo como
un hombre
(un hombre que
bebe mucho)
porque me he
horadado el cuerpo
-y el
cerebro-
porque he parido
a cuatro patas
porque he
hablado en público
y he lavado y
vestido a mi madre muerta
porque me he
rapado el pelo
y lo he teñido
de amarillo
porque he dormido sola en el monte
y he puesto a conversar
mi oscuridad con la oscuridad de fuera.
Así que tú también me ves fuerte.
Serás de los que te sorprendas
el día que me desplome;
insistirás en que nunca me viste
dar una señal de debilidad
o de abatimiento.
Te equivocarás como todos
y no podré culparte:
toda la vida llevo apoyándome
en esta fama de fuerte.
Sólo yo sé que la fama camina
sobre muletas podridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario