07 septiembre 2012

Natalia Carbajosa








Natalia Carbajosa (El Puerto de Santa María, 1971). Estudió Filología Inglesa en Salamanca, donde se doctora con una tesis sobre la comedia de Shakespeare en 1999. Es premio extraordinaria de doctorado. En aquellos años de estudiante cofunda, junto con otros compañeros, la revista literaria Parásito. En la actualidad trabajo como profesora de inglés en la Universidad Politécnica de Cartagena y lleva a cabo una investigación sobre poesía anglo-norteamericana. Es autora, entre otros, de los libros de poemas Pronóstico (2005), Los reinos y las horas (2006), Desde una estrella enana/Biografía elemental (2009) y Tu suerte está en Ispahán (2012), así como el libro de relatos Patologías (2006) y el ensayo Shakespeare y el lenguaje de la comedia (2009). Como traductora de poetas, ha publicado Trilogía, de Hilda Doolittle (2008), y tiene en proceso de publicación una antología del poeta norteamericano Scott Hightower y las memorias de la escritora inglesa Kathleen Raine (en colaboración con Adolfo Gómez Tomé). Colabora habitualmente en revistas como El coloquio de los perros, Nube habitada  o Los cuadernos del matemático, y ha participado en festivales de poesía como Ardentísima (Murcia), PAN (Morille, Salamanca), Mucho Más Mayo (Cartagena) y el London Poetry Festival. Prepara, además, colaboraciones literarias para la revista digital Jotdown. Desde tiempos recientes, también actúa como cuentacuentos en inglés y español en colegios y librerías dentro del colectivo Dreams & Tales, realiza recitales sobre poesía y astronomía en colaboración con el astrónomo Juan Ortega, y prepara un recital-concierto con el músico Antonio Arias (Lagartija Nick).




EN EL PROSCENIO



A veces pienso que el poema me rehúye
hoy mismo cuando
los dioses renacidos
de la última, reciente excavación
me lo exigen a voces desde el graderío
por mi parte
lo imploro llamo a Shakespeare
en mi ayuda Garcilaso
algún romance que de niña
me supe de memoria

entonces pienso que el poema es sólo un rastro
un surco de gaviota
rasgando del cielo
la monotonía y su reflejo en la tarima
sobre la que tiembla mi torpe no-decir
pienso que es hebra suelta
susurro
molinillo arrancado del aire
coreografía imprevista
de ropa tendida en la mañana

tal vez sea consuelo absurdo pero
me tranquiliza entonces
pensarme un actor mudo un rey
sin armiño
un recién nacido puesto al mundo
a su vocación de balbuceo
oh dioses
qué promesa de embeleso
cuando nos olvidan los poemas
cuando aún nos queda todo por decir

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