Ernesto Cardenal
Ayer te vi en la calle, Myriam, y
te vi tan bella, Myriam, que
(¡Cómo te
explico qué bella te vi!)
Ni tú, Myriam, te puedes ver tan bella
ni
imaginar que puedas ser tan bella para mí.
Y tan bella te vi que me
parece que
ninguna mujer es más bella que tú
ni ningún enamorado ve
ninguna mujer
tan bella, Myriam, como yo te veo a ti
y ni tú misma,
Myriam, eres quizás tan bella
¡porque no puede ser real tanta belleza!
Que
como yo te vi de bella ayer en la calle,
o como hoy me parece, Myriam, que te
vi.
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