18 noviembre 2012

Félix Gala Pastor


                                                    
Félix Gala Pastor

Me miraste y pude ver


Me miraste y pude ver
tras el salado fuego de tus ojos,
el odio que nacía en tus entrañas...

Me pareció imposible que hace un rato
mirasen tus pupilas con arrobo,
que bebieran tus labios de los míos,
mientras gritos agónicos rompían
el cómplice silencio de la alcoba,
mientras tu pubis se apretaba al mío
como en un estertor de dulce muerte.

¿Acaso en mis espasmos de pasión,
un nombre se escapó del subconsciente,
al tiempo que mi semen,
destrozando la magia del momento?



Me miraste y pude ver
las lágrimas rodar por tus mejillas,
esas perlas amargas como hiel
que tuve que absorber, una por una,
y abrasaron mi alma
rompiendo el corazón en cien pedazos.

Te miré y pude ver
a través de la sal de mis pupilas,
mudar tu rostro a una dulzura tal
que vi amor palpitar junto a tus labios,
y los besé temblando entre sollozos.

Te abracé, me abrazaste,
nos abrazamos,
e hicimos el amor enrabietados,
como fieras salvajes.

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