03 diciembre 2012

Ana Vidal Egea





París.-Texas era el único sitio a salvo y el único sitio en peligro,


¿quién no quiere un trozo de tierra para construir otra vida donde la desaparición no pueda tocarnos?


Adónde me llevas, adónde, si tú nunca podrás rescatarme.


Para qué la nombras para qué.


La busco tras los cristales, la encuentro porque no puede verme.


Mi voz no le hace ni un rasguño.


Quédate.


Los silencios que no le laten, sus uñas rojas.


No te muevas,


no hagas nada,


por favor,


por favor,


no te desnudes.

No hay comentarios: