Irma Pineda (Oaxaca, México, 1974).
Escritora y traductora binnizá, originaria de Juchitán, Oaxaca. Se licenció en
Comunicación y hoy en día vive en el Distrito Federal. Escribe en lengua
zapoteca y castellana. Es autora de los poemarios: Xilase Nisado’
– Nostalgias del Mar (SEP/
Libros del
Rincón/ Col Espejo de Urania, 2006) y Ndaani’
Gueela’ - En el Vientre
de la
Noche (Casa
de la Cultura de
Juchitán/ Fundación Cultural de Trabajadores de Pascual y del Arte A.C., 2005);
es coautora del poemario trilingüe Huhuexochitlajtoli
- Diidxaguie’ yooxho’- Viejos Poemas (2006). Su obra ha sido incluida en las
antologías Voces del
Corazón de la
Tierra
(México), Prometeo (Colombia) y Voces de
Antiguas Raíces (Italia),
Poesie (Yugoslavia), Galerna, Revista
Internacional de Literatura (EE.UU.) y Translit (Canadá). También ha publicado en diversos
medios nacionales e internacionales como La
Jornada ,
Tierra
Adentro (México),
Trieste
(Italia), La poesía Señor
Hidalgo (España). Sus
poemas aparecen en ediciones discográficas como El que
la Hace la
Canta (Sony Music),
Lluvia de
Sueños III (CONACULTA) y
Las voces del
Zenzontle (produción de
Gonzalo Ceja). Su trabajo como traductora aparece en los siguientes libros:
Una Noche
Oscura (Poemas zapotecos
de Pancho Nácar, Ediciones Bacaanda, 2007), Viva
México (texto de Marta
Acevedo, SEP/Bibliotecas de Aula, 2005), Cuarto Viernes
en Chihuitán (versión en
español de Elisa Ramírez con ilustraciones de Francisco Toledo, SEP/Bibliotecas
de Aula, 2004). Irma Pineda ha sido Becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA,
México), durante los periodos 2000-2001 y 2005-2006. En 1998 realizó una
residencia artística en la
Casa de Arte Calles y Sueños (Chicago, E.U.). En el 2001 participó
en el Festival Internacional de Poesía en Medellín, Colombia. En el año 2004 fue
artista residente en el Banff Centre (Alberta, Canadá), como becaria del
Programa Internacional de Traducción Literaria.
Sucede a veces
“Señor Roble:
¿Con que tierra puedo
alimentar sus raíces?”
A Rigoberto Ávila
Sucede a veces,
que uno se enamora de los árboles,
por la sombra que producen,
la fuerza de sus ramas
o la dulzura de sus frutos.
que uno se enamora de los árboles,
por la sombra que producen,
la fuerza de sus ramas
o la dulzura de sus frutos.
Sucede también, a veces,
que el árbol que uno ama
se convierte en hombre,
y uno ama sus ideas,
sus labios,
su corazón, sus brazos
o el sexo,
(porque los árboles tienen sexo).
que el árbol que uno ama
se convierte en hombre,
y uno ama sus ideas,
sus labios,
su corazón, sus brazos
o el sexo,
(porque los árboles tienen sexo).
Y sucede después, a veces,
que el árbol que uno ama
está tan cerca que asombra,
asusta.
Deja de ser un árbol
y parece un sol
que deslumbra los ojos enamorados.
que el árbol que uno ama
está tan cerca que asombra,
asusta.
Deja de ser un árbol
y parece un sol
que deslumbra los ojos enamorados.
Y sucede entonces, a veces,
que uno no sabe
si cerrar los ojos y esconderse,
o contemplar al árbol-hombre-sol
hasta quedarse ciego.
que uno no sabe
si cerrar los ojos y esconderse,
o contemplar al árbol-hombre-sol
hasta quedarse ciego.
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