27 diciembre 2012

Irma Pineda




Irma Pineda (Oaxaca, México, 1974). Escritora y traductora binnizá, originaria de Juchitán, Oaxaca. Se licenció en Comunicación y hoy en día vive en el Distrito Federal. Escribe en lengua zapoteca y castellana. Es autora de los poemarios: Xilase Nisado’ – Nostalgias del Mar (SEP/ Libros del Rincón/ Col Espejo de Urania, 2006) y Ndaani’ Gueela’ - En el Vientre de la Noche (Casa de la Cultura de Juchitán/ Fundación Cultural de Trabajadores de Pascual y del Arte A.C., 2005); es coautora del poemario trilingüe Huhuexochitlajtoli - Diidxaguie’ yooxho’- Viejos Poemas (2006). Su obra ha sido incluida en las antologías Voces del Corazón de la Tierra (México), Prometeo (Colombia) y Voces de Antiguas Raíces (Italia), Poesie (Yugoslavia), Galerna, Revista Internacional de Literatura (EE.UU.) y Translit (Canadá). También ha publicado en diversos medios nacionales e internacionales como La Jornada, Tierra Adentro (México), Trieste (Italia), La poesía Señor Hidalgo (España). Sus poemas aparecen en ediciones discográficas como El que la Hace la Canta (Sony Music), Lluvia de Sueños III (CONACULTA) y Las voces del Zenzontle (produción de Gonzalo Ceja). Su trabajo como traductora aparece en los siguientes libros: Una Noche Oscura (Poemas zapotecos de Pancho Nácar, Ediciones Bacaanda, 2007), Viva México (texto de Marta Acevedo, SEP/Bibliotecas de Aula, 2005), Cuarto Viernes en Chihuitán (versión en español de Elisa Ramírez con ilustraciones de Francisco Toledo, SEP/Bibliotecas de Aula, 2004). Irma Pineda ha sido Becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA, México), durante los periodos 2000-2001 y 2005-2006. En 1998 realizó una residencia artística en la Casa de Arte Calles y Sueños (Chicago, E.U.). En el 2001 participó en el Festival Internacional de Poesía en Medellín, Colombia. En el año 2004 fue artista residente en el Banff Centre (Alberta, Canadá), como becaria del Programa Internacional de Traducción Literaria.



Sucede a veces


“Señor Roble:
¿Con que tierra puedo alimentar sus raíces?”

A Rigoberto Ávila

Sucede a veces,
que uno se enamora de los árboles,
por la sombra que producen,
la fuerza de sus ramas
o la dulzura de sus frutos.
Sucede también, a veces,
que el árbol que uno ama
se convierte en hombre,
y uno ama sus ideas,
sus labios,
su corazón, sus brazos
o el sexo,
(porque los árboles tienen sexo).
Y sucede después, a veces,
que el árbol que uno ama
está tan cerca que asombra,
asusta.
Deja de ser un árbol
y parece un sol
que deslumbra los ojos enamorados.
Y sucede entonces, a veces,
que uno no sabe
si cerrar los ojos y esconderse,
o contemplar al árbol-hombre-sol
hasta quedarse ciego.


No hay comentarios: