08 enero 2013

• Carmen Escohotadoibor •




EL CONCERTISTA




Por la noche,
cuando todo se apacigüe
y crezca el silencio,
volveremos a amarnos
entre dos eternos compases.
De nuevo girarán los torbellinos
que alimentan tus entrañas.
Dedos suaves recorrerán mi cuerpo
convertido en las teclas
de tu clavicordio.

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