DELIRIO
Separar lo
superfluo de lo importante
como si
nunca hubieran estado unidos,
conservar
los ojos para lo esencial
y en ese
breve lapso,
más allá de
la metáforas
donde los
muros se agrietan
y la
soledad desentierra los besos,
interpretar
el pensamiento sin testigos.
Y en esa
desnudez callada
que ocurre
como si no ocurriese,
que
amenaza, que desangra y se despliega,
encontrar
la verdad escondida
de las
palabras caídas,
ésa que
escucho sin que me oiga
y que leo
entre líneas sin espacio,
ésa que
pertenece a un sueño sin acentos
y que me
lleva a la puerta que no llamo.
¿Dónde
estará el mundo que no hallo?
¿Qué
fronteras he de cruzar?
Quizá sólo
sé ir hacia atrás y me dirijo al vacío.
Pensar.
Llorar. Caer. Morir. ¿Hay más?
He blindado
mis ojos y he aprendido a no llorar,
pero ahora
me inquieta dormir,
tengo miedo
a dejar de existir y no despertar.
Paloma
Corrales
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