04 enero 2013

Pedro Javier Martín Pedrós







  1. A mi querida Madre recordándola siempre en un mar de ternura.
    Mamando de tus pechos,
    sin complejos, fui cargándome de años.
    Recuerdo noches de sueños extraños,
    de truenos , tormentas,
    de cuentos de brujas malas que nos querían separar.
    Al oír mis llantos te acercabas y
    me acurrucabas .
    Las turbulencias
    ... desaparecían y me anegabas de paz.
    Un día te marchaste poquito a poquito,
    sin hacer ruido, con tu ropaje de colores
    vivos, alegres.
    Ahora, en este momento, te lloro a mis
    58 años sin vergüenza escondida.
    Siento que mis lágrimas se marchan
    al mar, donde siempre nos encontramos.

    Pedro Javier Martín Pedrós.
    De la antología Padre y Madre. ( Dante Medina ) 

3 comentarios:

María Eleonor Prado Mödinger dijo...

Qué lindo Pedro!!!!!, el recuerdo latente de tu madre, de aquellos años donde el apoyar el rostro en su pecho te hizo emularla con tanta belleza, así si que se vale ser madre, para que un hijo la recuerde con ese amor tan emocionante.

Felicidades amigo por la hermosura de este poema.

mepm

Pedro Javier dijo...

Gracias por tu comentario querida María Eleonor. Siempre me he sentido afortunado por haber tenido la madre de la que disfruté tanto.
Besos para ti.

María José Collado dijo...

Un hilo de ternura y esperanza cruza el mundo hacia el reencuentro. No caben más palabras ni más puntos, en el amor recíproco.