En la espera del amigo
Una noche me acerqué a tu puerta.
Llamé flojito con los nudillos
De la mano,
Y no me oiste.
Más tarde,
En un amanecer cualquiera,
Llamé de nuevo a tu puerta,
Y no me oiste.
...
Amarré todos mis sentimientos,
Me anuncié mi pobreza,
Y sentí
La sed propia de los náufragos.
Del libro : Trozos de vida.
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