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ESPAS Y LAMBRETTAS
Una historia escrita sobre dos ruedas y dos marcas
Vespas y Lambrettas, dos motos que marcaron una época
Quiero una motocicleta que me sirva para correr… y quiero una camiseta que tenga el número 100. Y hacer uh uh… Poder llegar a cualquier lugar, llegar, mirar y regresar. Yo no quiero bicicleta, no me gusta pedalear, ni tampoco una carreta por lo despacio que va. Quiero uh uh… una gran moto que corra igual que un cohete espacial”… Se acuerdan de esta canción de Los Bravos, ‘La moto’, pues hoy vamos a intentar recordar aquellas primeras Lambretta y Vespa, vamos a viajar a través de la nostalgia y la memoria sobre aquellas maquinas infernalespara las abuelas, y que a los jóvenes nos volvían locos. Entren a este mundo de moto escuter, de miles de modelos vendidos en todo el planeta, de la fascinación por un prototipo que durante décadas fue icono de modas y formas de vida. Modelos que desde los años cincuenta hasta hoy, han tenido un largo recorrido, así como miles de cambios y miles de formas para llenar lascarreteras con colorido y diversión. La presentación de las primeras 15 motos Vespa tuvo lugar en abril de 1946 en el Club de Golf de Roma. Los padres de la nueva moto eran el empresario Enrico Piaggio y el ingeniero aeronáutico Corradino D’Ascanio. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Piaggio tuvo la visión de un medio de transporte cómodo, de fácil manejo y barato. Piaggio encarga un primer proyecto al ingeniero Renzo Spolti, en el que el nuevo vehículo recibe el nombre de Paperino, que significa patito en italiano, con un diseño inspirado en las motocicletas plegables utilizadas por los paracaidistas ingleses. El ingeniero, al que le gustaban más los aviones que las motos, diseñó un vehículo de aspecto revolucionario para su época: puso el motor sobre la rueda posterior e ideó el brazo delantero pensando en el tren de aterrizaje de un avión. Cuenta la leyenda que, cuando Piaggio la vio, exclamó: “Bello, sembra una vespa” (Bonito, parece una avispa, en italiano), aludiendo a la forma del vehículo; parte trasera más gruesa conectada a la parte frontal por una cintura delgada, y el manillar como las antenas.
La eterna segundona… ya que no pudo desbancar a la Vespa, la Lambretta tenía otras peculiaridades bien diferenciadas de su eterna rival. La Lambretta, a diferencia de la Vespa, que tiene el motor lateral y trasero (adosado a la rueda), lo tiene en el centro de la moto, lo cual le da mayor equilibrio lateral (la Vespa pesa más de un lado que del otro) como un mejor reparto del peso entre las ruedas (más agarre en la delantera). Sin embargo, para alojar el motor en el centro era necesario una mayor distancia entre ejes que hace que sea menos maniobrable en ciudad. En 1952, España estaba en el camino de olvidar ya las secuelas de su guerra civil y, como en Italia, necesitaba facilitar el desplazamiento de sus gentes como necesidad para la ampliación de sus industrias. Las marcas españolas de la época (OSSA, Montesa, Lube...) no podían competir con la Vespa. El primer director de MotoVespa en España será Lelio Pellegrini Quarantotti quien, con un extraordinario grupo de colaboradores entusiastas, logra en pocos meses poner en la calle la primera Vespa de 125 cc. en febrero de 1.953. Cuestiones técnicas y de marketing aparte, lo importante era el uso y disfrute de estos escúteres fáciles de conducir y que no necesitaban de ningún tipo de carneten un principio. El anecdotario de las Lambretta y las Vespa darían para trescientos libros y gordos; sacaremos aquí a la luz aquella más simpática y de corte lúdico. Pero había otro mundo alejado de esos problemas y crispaciones laborales de los que fabricaban la Li 150, o la 175 TV o la 200. Con esas motos diferentes ibas a la playa con Mari Carmen, la hermana de tu amigo Alvarito, o a hacerle una carrera a Ángel Nieto, cuando Ángel Nieto no era todavía Ángel Nieto. Aquellas gincanas con tablones y postes en los suelos para hacer zigzag, que siempre había alguien que se lapegaba entre las sonrisas de los presentes. Aquellas otras formas de pedir a tu novia encima de la Vespa que se casara contigo; algunos así lo hicieron y además se iban de viaje de novios en la Vespa con la visera anti aire y mosquitos, la mujer de lado sentada con pañuelo en la cabeza y gafas de sol… la maleta amarrada en el pequeño portabultos…y a conocer Madrid.
“Era el año 1.961. No sé el Vespon de que año era, pero parecía nueva. Se puso a la par nuestra y nos saludamos. De dónde vienen muchachos... Paradónde van? -… vamos para la Sierra. “Bueno”, nos dice mirándonos con cara de lástima envuelta en el casco de piloto de cuero. “A qué hora salieron?”, le dijimos la hora y “claro muchachos, es que ustedes van muy despacio”. Y dice: “bueno discúlpenme porque yendo a la par de ustedes me ratea la Vespa”. “Sí claro”, le dijimos. “Chao muchachos, buen viaje”. Ahí puso tercera... vrooom y luego cuarta allá lejos. Nosotros en tercera porque más no teníamos, nos quedamos mirando como tontos, mientras el humo de su Vespon nos tapaba la vergüenza… a 60 por hora íbamos, pero llegamos.
Aquella otra ocasión que viniendo de una fiesta en verano, el motorista había empinado más de la cuenta y se salió de la carretera, cayósobre una sebe y allí durmieron la Lambretta y el paisano, hasta la mañana siguiente que los encontró un vecino que iba en bicicleta. El primer medio de transporte de ‘Manolo el zapatero’, como era conocido, fue una bicicleta. Un vecino próximo al lugar de su zapatería apareció un día con una ‘Mobylette’ diciéndole: “Manolo, tienes que comprar una como esta; es igual que la bicicleta pero con motor”, y de este modo fue como Manolo se paso a la Mobylette. Trabajaba duro en la zapatería y un buen día la familia aumentó con la llegada de su hijo Agustín (1.959). Entonces llegó el momento de cambiar ciertos aspectos de su vida y abandonó la Mobylette y se decidió por una Vespa con sidecar. El modelo que eligió fue una de 125 de finales de los años cincuenta que compró de segunda mano. Manuel recordando esta historia, me cuenta que dicha Vespa estaba trucada a 150 y el sidecar era de la firma Secovega, todo ello de color gris, aunque no lo recuerda con suficiente precisión. Lo que sí me afirma con rotundidad es que pasado un tiempo la pintó de color naranja, según los gustos de aquella época.
Otra anécdota muy conocida es la del novio o marido que pierde a su mujer o novia por el camino y no sé da cuenta hasta que llega a casa; tiene que dar la vuelta, y el morro de su pareja no tiene desperdicio. Y así podríamos seguir…como aquella otra cuando para entrar a trabajar en correoshabía que hacer una prueba en Vespa y sacar el carnet de moto. Ahíuna gran mayoría de opositores se venían abajo, no era la prueba fácil, y catearon a más de uno. También en los años sesenta era tradición que los Vespa Club de la época, llegado el día de Nochebuena, una comitiva vespista obsequiaba a los “guardias” de la ciudad con un pequeño aguinaldo, alguna botella de licor y poco más; sonaba a algo de peloteo para librarse de algunas multas… “Pero la motocicleta cómo la voy a comprar, si no tengo una peseta y no sé cómo ahorrar. Quiero uh uh…Una gran moto que corra igual que un cohete espacial”.

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