Luisa Castro
La amiga muerta
Averigua,
dulce corazón de hermana
imperdonable,
cómo llegó hasta casa la discordia
y cómo nos estalló en las
manos
un juguete que nunca deseamos, recuerda.
Nos estalló en las
manos.
A ti te llevó la cara
y a mí la mano izquierda.
Ahora sólo puedo
escribir
pensando en mi amiga muerta.
Ahora, dulce corazón de hermana
imperdonable,
sólo puedo escribir.
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