
El cielo se
enfurece
quien
grita
huye de sí
mismo
la quietud sólo
se alcanza
después del
beso
el pensamiento
impacta
en los
dobladillos de la sombra
se esconde con
furia la venganza
la luz se ha
perdido en otros cuerpos
con el corazón
de agujas encendido
alguien
duerme
no es la tarde
redonda ni celeste
pero una
golondrina
cierra con su
vuelo
el dolor.
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