10 marzo 2013

Margarita Belandria




EN LA TARDE



¿Por la simple levedad de tu sonrisa
debo desgarrar la vida mía?

¿A dónde fueron los besos
que echabas a volar hacia los míos?
Camino y desando el vecindario.
Nada me indica el sendero que te lleva,
¿hacia otros brazos amados igual como los míos?
La cuerda cruel se ajusta en mi garganta.
Mis labios solos ofician su canto al beso prometido.
Me mira la tarde con su cara triste,
y con la misma tristeza yo también la miro.
¡Quisiera olvidar hasta el sonido que te nombra!
¿Quisiera olvidar ese sonido?


 


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