04 abril 2013

Margarita Belandria


La puerta de mi casa mira siempre al Sur,
donde las aguas escurren a morir,
y los pájaros caen como ceniza.
Oigo el seco crujir de los geranios
por el silbido que baja de las nubes.
Vivo solamente si me dueles,
si ardes como antorcha entre mi carne.
Ríos que braman siempre al Sur.
Siempre al Sur,
hacia donde la puerta de mi casa mira.


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