22 abril 2013

Pablo Mora



Para qué la poesía
Pablo Mora
moraleja@telcel.net.ve
Profesor Titular, Jubilado, UNET
San Cristóbal, Táchira, Venezuela


Para apuntalar el sueño



En su célebre Defensa de la poesía, para Shelley la teoría de la poesía -ars artium- llega a ser igualmente teoría de la actividad creadora en general, la que soporta y nutre la vida; llegando el espíritu poético a ser el verdadero motor del mundo, puesto que, en suma, el mundo nace como poesía, siendo ésta responsabilidad hacia los otros, absorbiendo el nuevo conocimiento de las ciencias, adaptándolas a las necesidades humanas, coloreándolo con la luz de la imaginación, con las pasiones, transformándolo en la sangre misma de la naturaleza humana. Puesto que, según Shelley, la poesía es “el centro y la circunferencia del conocimiento, pues comprende todas las ciencias y todas a ella se deben referir.” Ya Cervantes nos advertía que ella -la poesía- se ha de servir de todas las ciencias, mientras todas se han de autorizar con ella.
Desde otra óptica, la poesía en sentido lato si bien no tiene que ver directamente con la política, se ofrece como la práctica más eficaz de la que se puede disponer, en cuanto la capacidad del individuo de crear un mundo utópico, mediante el florecimiento de las potencialidades humanas y de la creatividad en sí, privilegiando al extremo la conciencia de sí, en detrimento de un compromiso político como tal. De una u otra forma, letras, poesía y ciencia andarán siempre de la mano apuntalando el sueño de los hombres.

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