15 mayo 2013

Antonio Porras







Siento el dulzor de tus besos en mis labios,
el vuelo de las aves que retornan,
la flor de primavera que eclosiona,
la vida que presenta sus encantos.

Canto a la esperanza que de nuevo surge
pues de nuevo me has mirado
con tus nítidos y sensuales ojos.

Tu pupila, posada en mi mejilla,
ruborizó mi cara.

El roce de tu piel sembró el deseo
y mi mente voló como posesa
en busca del encuentro
que emana vida nueva.

Hoy, como siempre que te tengo,
has vuelto a deshojar la margarita de mi vida
llevándome al sí quiero,
al perpetuo paraíso del amor eterno,
a ese que los años nos fueron conduciendo.

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