15 julio 2013

Aurelio Gonzalez Ovies





Mi voz es el paisaje

que va echando de menos

las cosas que he perdido.

He nacido en un pueblo


y en el anonimato.

Mi vida se resume en aquel calendario

de números granates

donde mi madre iba

apuntando los partos de las vacas

y visitas al médico.

Fuí más feliz que pobre

porque quien no conoce la abundancia

valora las minucias y los pájaros.

Desde niño la hora de las gaviotas

viene siendo mi reino

y el mar un no sé que

-eternidad dios alma-

donde muero un momento cada día.

Así me veo ahora

cuando ya las gaviotas no conocen mi nombre

y la higuera envejece sobre la sed del pozo.

Mi casa, mis amigos, los míos, los de nadie.

¡ Que pronto somos soledad ! 


del libro " LA HORA DE LAS GAVIOTAS " 


1 comentario:

Paco Velázquez dijo...

Me ha encantado, subyace la nostalgia en el poema.La añoranza sentida.