13 julio 2013

Johanna Rivera

Johanna Rivera


ESTIMADA CAUTIVIDAD


VIII
Cómo deshacerme de tus olas
Garras que me empujan a la vida
como el mar jala a la orilla
para que se olvide de la espera

VII
Cómo he de implorar que tú condena
No se alargue más en mi voluntad
Guillotina que a sangre fría le extirpa
La mirada a la Muerte inmortal
Que fríamente a la vida contempla

VI
¡Ah! Cómo me he de levantar
De tu perfecta y grandiosa nobleza
Ascenso que me salva del abismo
Que se sostiene de mi flaqueza

V
Cómo he de deshojar mis muñecas
De tus benditas y etéreas cadenas
Y arrancar de mi boca a tus bozales
Capataces que dirigen los pájaros
De mi boca a volar sólo a vientos leales

IV
¡Ah, Poesía mía, amada mía!
Eres la luna que aguarda mis soles
Como loba a sus crías cuida

III
Cómo he de silenciar tu aúllo
Melodía que en la noche acuna
Y duerme mis temores y pesares

II
¡No! Vivir fuera de ti no querría
Muerte mía, Espejo que dobla
Mi presencia, Soledad
Que me acompaña día a día

I
Amada, querida, poesía mía
Mis ojos no soportarían presenciar
La cárcel del mundo, si mis pupilas
No se encontrasen cautivadas
Por los eslabones de tu libertad


Autora: Johanna Rivera © 2013

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