16 agosto 2013

Ivonne Sánchez

Un adiós sin despedida




Te fuiste
de puntillas
sin dar la cara;
quedó el beso,
silenciado,
quieto, apresado en la intención rememorada.

Te fuiste
callando la palabra,
sin una letra
de tu mano,
en despedida abierta,
apretada quedó la frase agazapada.

Te fuiste
sin nombrar
de tu guante
la pluma encantada,
que con la delicia de versos
acallados,
muerta quedó la palabra.

Te fuiste
con la soberbia
pintada en tu hazaña,
culpando sin admitir error,
cerrando sin abrir las ventanas,
clausurando el posible tacto del conocerte.

Te fuiste,
y me dolió
porque ni tu llegada fue inútil,
ni tu adiós sin despedida fértil,
queda quieta en la memoria,
una sensación dispersa
de no conocernos el alma.



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