- Hablaban de mí
Hablaban de mí
tus manos esta noche
al abrazarme.
Y me ceñí a ellas
como la piel entre tus sábanas, por paladear
cuanto tenían que decirme.
No opuse ni un giro, ni el movimiento
... apenas de mis labios al regocijarse,
por no distraer las líneas
enamoradas de tu relato... Hasta
el estremecimiento infinito
y último
del punto y seguido.
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