Pensemos, si no, un solo momento, en esos tigres que revolotean
en su jaulita colgada del muro, junto al geranio.
S. Sarduy
el empeño de la luz en cada cosa: los restos juegan a hacer la sombra / y eso es todo
cuando necesariamente haya que esforzarse por librarte de mí: los gusanos
que se arrastran guardados en una pequeña caja en medio de otras tantas cajas
o eso hermético y conexo —Espaliú en “Luisa II”— justamente cuando dijiste
la palabra prolongada en la u (lo último): jaula / esto es una jaula
entiendo
basta mi mano para tal caso y —recapacito— tendrá que haber algo —algo—
de placer en la obra manca cuando sólo quede la pluma gris (tuya)/ el odio a las palomas entonces no habrá sido en vano: se justifica cada vuelo o verso frustrado y sus piojos
a veces la repartición de migajas que dábamos a ojos cerrados para que nos aturdan más
y finalmente se vayan cuando empiece a oscurecer / en ese banco de plaza obsoleta
(siempre regreso) quizás quede el escombro de tu escombro
—recogerlo / sus piojos
o un cartón con qué cubrirse
razones del pelo largo y suelto
por lo demás
se rastrean migajas en la mesa después de la cena:
hubo
buen apetito y postre —y no es por nada y no es
suficiente: que te vayas prevenido te digo / esa señora
ha sacado de las mechas a su hija después del berrinche
el performance de la noche —grandioso— indicio del fin
en este local que cerrarán pronto / y yo no sé nada / no me importa
pagar esa fabulosa cuenta después de los cubiertos recogidos
a manera de señal (posiblemente
ahora los enjuagan y no hay mayor problema: cita apenas —el que refriega
a Clarke: spoon and fork):
es que afuera no hay nadie
que pague ni siquiera por un dulce / y saber que después de todo
tuvo algo lo nuestro en el rincón de esta mesa: escribir como si se jalara
hasta dar con la calvicie cuando se es la madre y la hija (mal parida)
a la vez
muy mal parida
a carbón o a pluma o a tiza se es a la vez —pataleando: interesante
espectáculo que siempre resulta eficaz para salir airosos
digamos satisfechos —escribiendo o ese berrinche— sin pagar ni un centavo:
aquel proverbio tropical muy sabio que decía (música de fondo): si del cielo
caen limones _______________ aprende a hacer limonada
un regalo pérfido que no deja de ser —añado discretamente a tu oreja
agrio

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