04 noviembre 2013

J.S. del Viejo






AUTO FILANTROPÍA


A un hombre extraño
le abrí mi corazón, sin condiciones,
le expliqué mis recónditos secretos
y le hablé del problema que me apena.
Con la esperanza abierta
vine a poner mis vicios en su mente.
Ahora, ese hombre no es mi extraño,
me lleva de la mano por la vida,
me llena los momentos de alegría
y me hace, al conocerme, más feliz.
Yo soy el hombre nuevo que no extraño.


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