En este trocito
chiquitito de año que me queda, se me estremece el alma llena de angustias y
locuras que pasean por mi interior sin permiso de circulación. Aquí, no hay
controles de
alcoholemia que me lleven con precaución hacia el atisbo de mis sonrisas rotas,
los maremotos que estamos desarrollando en cada bolsillo de nuestra careta
diaria.
Bocinas,
más bocinas, cohetes, platos y vinos sofisticados nos esperan para la gran fiesta... Y mis
lágrimas cansadas de recorrer mi rostro me piden horas extras que no acierto a
comprender.
Dicen
que la poesía es vida, a veces es más,
es
amor, romanticismo, también he conocido la poesía del beso,del abrazo, del
apretón de manos, de la respiración compartida,
de
la zancadilla,
del
odio, del vacío, del vacío,
de
la separación, del vuelo roto, del olor a mierda.
Acercaos
por favor, ahora quiero quedarme con vosotros
con
el beso limpio que recibí ayer de alguien que acababa
de
conocer y que en su mundo lleno de desilusión me dio un empujón hacia la esperanza.
Manifiesto
públicamente mi agradecimiento a todos los que me hacen crecer y saborear el
cóctel de la vida con sus grises y azules.
Gracias,
a todos sin distinción.
Os
deseo lo mejor.
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