De todo lo
que vuela y nos hace sufrir,
nada más compasivo y simple que la lluvia,
nada tan frágil y a la vez tan invicto
y nada como su misma promesa de frutos y verdor.
Mírala,
como un mar derrumbado,
como ruinas de una atmósfera de agua que existió.
Muchas veces
me empapa de nostalgia y me hace nudos
que escuecen al tragar.
Será porque la lluvia
cubre bosques que has amado conmigo,
nos ha mojado juntos, imparcial, minuciosa,
en lejanas provincias junto al mar.
Ya para siempre tendrás lo que te he dado,
de mi regalo nunca podrás huir
ni devolvérmelo.
Y cuando llueva, cada gota en tu cuerpo será
un beso,
un beso que no pide nada a cambio,
que atravesará los impermeables, los paraguas,
diciéndote con su idioma monótono y dormido
que te quiero.
nada más compasivo y simple que la lluvia,
nada tan frágil y a la vez tan invicto
y nada como su misma promesa de frutos y verdor.
Mírala,
como un mar derrumbado,
como ruinas de una atmósfera de agua que existió.
Muchas veces
me empapa de nostalgia y me hace nudos
que escuecen al tragar.
Será porque la lluvia
cubre bosques que has amado conmigo,
nos ha mojado juntos, imparcial, minuciosa,
en lejanas provincias junto al mar.
Ya para siempre tendrás lo que te he dado,
de mi regalo nunca podrás huir
ni devolvérmelo.
Y cuando llueva, cada gota en tu cuerpo será
un beso,
un beso que no pide nada a cambio,
que atravesará los impermeables, los paraguas,
diciéndote con su idioma monótono y dormido
que te quiero.

No hay comentarios:
Publicar un comentario