03 enero 2014
María Teresa Bravo Bañón
“Sólo quien ama vuela. Pero ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Miguel Hernández
Llegaste a la cumbre de mi corazón,
me sacudiste como árbol de frutos deseados
y caí en dulzor de maduras pulpas en tu boca .
Soy la canción de amor que prendiste en mis oídos ,
el viento lunar de tus mareas
y la estrella acunada en las orillas de tu pecho.
Allí hechizo tus sueños con golondrinas santiguadoras
de la amanecida en sus picos custodios.
No les permito anclaje de raíz,
los entrego a los seres del aire,
a los hijos de los violines y de las flautas.
Son arias de la luz para la dicha,
cometas cabalgando entre nubes,
aladas simientes del espíritu viajando
entre los vientos de la Tierra .
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