20 febrero 2014

Ana García Briones. Copyright ©













Rociamos de vino 
el aliento
para bebernos a tragos.

Allí en el cielo,
entre las estrellas,
fuiste alzando mis alas 
entre tus brazos.

Despegamos al infinito,
sorteando las nubes
entre palabras,
silencios,
gemidos,
caricias,
ternuras…
sin vértigo
fuimos aterrizando.

Después,
la suave brisa 
de tu voz
envolvió mi alma.

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