Las palabras me asaltan y de tanto tocarlas enloquece el piano. Las palabras duermen en mí, pero al tomar el lápiz despiertan todas en confusión de pájaros.
Platón y el nombre de los amantes, Van Gogh y su desordenado alfabeto, Artaud y su Torre de Babel.
Las palabras juegan a las escondidas y yo quiero atraparlas como a moscas, derribarlas con mi arco de fuego sin molestar a Dios.
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