Cae el telón
Dormita bajo la arena
un desplegable de
letras
untado de imágenes,
sandía calada la luna,
una bandeja de
conversaciones,
el tintineo de copas,
gestos.
El galeón de la memoria
a flote
con sus rémoras de
algas,
largo aliento de
salitre
en una nasa de
palabras.
La piel de las calles
se llena
de líquidas pisadas,
tinta,
innecesarios dígitos de
pasaportes,
hormigas sobre un folio
único salvoconducto
entre las manos.
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