03 marzo 2014

Paloma Corrales




DELIRIO


Separar lo superfluo de lo importante
como si nunca hubieran estado unidos,
conservar los ojos para lo esencial
y en ese breve lapso,
más allá de la metáforas
donde los muros se agrietan
y la soledad desentierra los besos,
interpretar el pensamiento sin testigos.

Y en esa desnudez callada
que ocurre como si no ocurriese,
que amenaza, que desangra y se despliega,
encontrar la verdad escondida
de las palabras caídas,
ésa que escucho sin que me oiga
y que leo entre líneas sin espacio,
ésa que pertenece a un sueño sin acentos
y que me lleva a la puerta que no llamo.

¿Dónde estará el mundo que no hallo?

¿Qué fronteras he de cruzar?

Quizá sólo sé ir hacia atrás y me dirijo al vacío.
Pensar. Llorar. Caer. Morir. ¿Hay más?
He blindado mis ojos y he aprendido a no llorar,
pero ahora me inquieta dormir,
tengo miedo a dejar de existir y no despertar.

Paloma Corrales 

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