07 marzo 2014

Pedro Javier Martín Pedrós

 
Casi todo puede esperar,
menos el instante
en que me siento llamado
a romper el lenguaje.
Araño las nubes grises
más próximas,
para gozar de la lluvia.
Es un acto instintivo que
No controlo.
No soy dueño de esta tierra,
de este arado.
Soy consciente de haber sido
llamado por la flauta
de los poetas.
¡Que esclavitud!
De todas formas
necesito, quiero ser,

irresistiblemente fiel a ellos.


Del libro : Travesía interminable

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