30 marzo 2014

Pedro Javier Martín Pedrós.





Te sentí corriendo en pleno desierto,
con tus zapatos de charol hacia
ninguna parte.

Te sentí llorando en yates de lujo,
en forma de cayucos camuflados
de libertad.

Te sentí sobre mi pecho desnudo,
con mirada de ángel convertido
en hombre de color.

Te sentí en mis manos distraídas,
llenas de cursilería y de vergüenza
escondida.

Te sentí en la mirada del espejo
esta mañana, preguntándome
por mis sonrisas
y sueños oxidados.



Del libro: Poesía en la distancia.

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