Se acercan latidos que
invaden mi ser,
con fragancias de libertad.
Pinto tu alma de todos los colores,
y en las ventanas
sólo hay
lunas.
Las manos se abrazan,
los besos se amontonan
en un espacio sin nombre,
los cuerpos lloran de amor
en la antesala del éxtasis.
Sólo tus ojos
van dejando una estela silenciosa,
donde sentirte cada mañana
en cada poro, en cada afecto,
en cada plenitud que aguarda.
Te espero en la esquina de la primavera,
con las caricias de las mareas,
en el Atlántico,
arreglando distancias.
Lupe García Araya.
Pedro Javier Martín Pedrós.
Del libro: Poesía en la distancia.
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